El Deuteronomio es un libro parenético, es decir, que pretende exhortar, animar al pueblo de Israel a ser fiel cumplidor de la Ley de Dios. Se atribuye su autoría a Moisés, en el momento previo a su muerte.
En el capítulo 30 asoma la promesa de la redención, de la venida del Mesías. Además, es una clara manifestación de la misericordia divina: si el pueblo de Israel pide perdón por los pecados cometidos, Dios siempre está dispuesto a perdonar.
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