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Parcial
1.1 1.º
Bachillerato Viaró, 10-octubre-14
Lea el
siguiente texto y responda a las cuestiones que se plantean a continuación.
Una nueva
lupa para mirar dentro de las palabras
La bicicleta que avanzaba por entre los baches
del sendero se ha transformado en un Ferrari que se desliza por la autopista.
Hubo un tiempo en que el Diccionario
Histórico se elaboró artesanalmente, con fichas y lapiceros, a
pedal. Pero ahora se abre una nueva era en la lexicografía del español, y el
vicedirector de la Real Academia, José Antonio Pascual, pilota ya una máquina
rápida y segura que ha reemprendido una carrera que venía de muy lejos.
Desde principios del siglo XX, más o menos.
Entonces los esforzados académicos estudiaban en libros y papeles y
fichas la evolución de las palabras; y elaboraban a mano las primeras entradas
de una obra que, como les pasaba a aquellos osados que empezaron las
catedrales, sabían que no iban a ver terminada. Y así les resultó difícil pasar
de la letra a. Sí,
alcanzaron incluso una pequeña parte de la b.
Pero ahora la informática ha abierto un nuevo mundo para rastrear cada término
a partir de un corpus bien elegido.
El Nuevo
Diccionario Histórico del Español —cuyo avance se ha hecho
coincidir en estos días con la celebración del tercer centenario de la
Academia—- se define como una obra “relacional”, que descubre los vínculos
entre las distintas formas y los diferentes significados. La novedad reside
en el cambio de los medios, pero también en el método. Ya no se trata de
avanzar con papel y bolígrafo, sino con potentes ordenadores; y no por orden
alfabético, sino por familias léxicas; no se busca tanto la extensión como la
profundidad. El resultado sólo estará disponible en la Red (www.rae.es, a partir
del enlace “Fundación Rafael Lapesa”).
Construir un diccionario histórico requiere
—también hoy— de una paciencia infinita, porque las palabras se anudan unas a
otras y a veces la cuerda que las enlaza no se termina nunca. El cañón
denominado “lombarda” (seguramente porque procedía de Italia) se transformará a
partir del siglo XV en “bombarda”, y de ahí saldrán luego “bombardear”,
“bombardero” o “bombardeo”, y hasta se llegará regresivamente a dotar a “bomba”
de la acepción de “proyectil”, distinta de aquella que servía para garantizar
el riego. De modo que un fino cordel anuda a la lombarda, al avión que
bombardea, al que lanza las bombas y al que se apunta a un bombardeo; mientras
que por otro lado se enlazan la bomba hidráulica y quien la maneja, que ya no
es un bombardero sino un bombero. El fuego y el agua se intercalan en la
historia de la palabra.
Pascual aspira a estudiar a medio plazo
unos 50.000 lemas y los integrantes de su equipo sueñan con que algún día verán
definidos unos 100.000 (el Diccionario
contiene cerca de 90.000 vocablos del uso actual). En el corto plazo se han
propuesto dejar listos 25.000 lemas, que formarían un tejido ya bien trabado
para describir una parte importante de la historia del léxico del español.
Se trata de ligar esos lemas con los 350
millones de registros que contiene la base de datos de la Academia, y también
con los diez millones de fichas, ya digitalizadas, que los académicos fueron
escribiendo a lo largo de la historia. Cada uno de ellos recoge distintas
grafías de un mismo término. Por ejemplo, aparecen 43 grafías distintas del
lema “homicidio”: homizilio,
omicidio, omizidio, omizidos, homyzidio, omiçidio… Y cada
“registro” es una palabra en su contexto: en novelas, ensayos, documentos
jurídicos, periódicos, testimonios orales, recetas, listas de suministros para
el monasterio…, desde los orígenes del castellano hasta nuestros días; de
España y de América.
El motor informático ayuda también a apreciar
la palabra en su contexto y en su historia. Así, “abrigar” congenia más con
“esperanzas” que con “sentimientos”; y de tal modo se puede observar también la
progresiva transformación metafórica del verbo.
Un lexicógrafo redondeará así el estudio
de unas 200 palabras al año. El equipo de Pascual, que lleva un año trabajando
con ese nuevo sistema informático, proporcionado por la empresa AG, ha
completado la documentación de unos 2.000 lemas, pero de momento sólo se
muestran en la página de la Academia 365 (un guiño a los 12 meses de tarea con
esta herramienta digital); todos ellos con una redacción muy cuidada, erudita y
didáctica a la vez. Poco a poco irán incorporando más vocablos de los 2.000 que
aguardan en la lista de espera. Se avanza más deprisa, pero la tarea sigue
siendo interminable.
Álex Grijelmo, El País, 1/10/2014
1.
Comprensión lectora
1.1. Expón en cuatro o cinco líneas la tesis principal del texto. [1,5 puntos]
El Nuevo Diccionario Histórico del Español
estará disponible en internet en breve. La novedad estriba en que el estudio de
la evolución de las palabras ya no se realiza con fichas de papel y bolígrafo,
sino con ordenadores; ni por orden alfabético, sino por familias léxicas.
José
Antonio Pascual, vicedirector de la RAE, dirige un equipo de personas que están
llevando a cabo la formación del Nuevo
Diccionario Histórico del Español.
1.2.
Escribe el referente completo del
elemento subrayado en cada una de los siguientes parágrafos: [1 punto]
a)
Pascual aspira a
estudiar a medio plazo unos 50.000 lemas y los integrantes de su equipo sueñan
con que algún día verán definidos unos 100.000 (el Diccionario contiene cerca de 90.000 vocablos
del uso actual). En el corto plazo se han propuesto dejar listos 25.000
lemas, que formarían un tejido ya bien trabado para describir una parte
importante de la historia del léxico del español. Pascual y los integrantes de su equipo
b) Se trata de ligar esos lemas con los 350 millones de
registros que contiene la base de datos de la Academia, y también con los diez
millones de fichas, ya digitalizadas, que los académicos fueron escribiendo a
lo largo de la historia. Cada uno de ellos recoge distintas grafías de
un mismo término. Los 350 millones de
registros.
1.3.
Localiza en el texto dos figuras
retóricas. [1 punto]
Una comparación en el primer párrafo
Una metáfora: “Así, “abrigar” congenia más con “esperanzas” que con
“sentimientos”;…”
1.4.
Define y pon un ejemplo: [1 punto]
a) Oxímoron. 2 conceptos de significado opuesto en una definición
b) Lítote. Negar afirmando lo contrario
1.5. De los siguientes enunciados, señala
aquel que NO puede aplicarse al texto de Álex Grijelmo. [1 punto]
□La función del lenguaje que predomina en el texto es la
representativa o referencial.
□Como el autor cuenta sucesos
ya ocurridos, abundan los verbos en pasado.
□La idea fundamental del texto está bien enmarcada en su contexto
histórico, social y cultural.
□El registro utilizado es estándar.
2.
Expresión escrita
2.1. Escribe un texto, de cincuenta palabras, en el que argumentes, aportando
datos concretos, que el siguiente enunciado es falso: «Las nuevas tecnologías
no se pueden aplicar con éxito en la elaboración de diccionarios». [2 puntos]
2.2. Sustituye las siguientes palabras subrayadas en el texto por un
sinónimo contextual: [1,5 punto]
a) Esforzados: valiente, animoso, alentado
b) Reside: estriba, radica,
está
c ) Aspira: pretende, busca,
persigue
a) Ligar: añadir, unir, juntar,
adherir
b) Redondeará: culminará, realizará
3.
Reflexión lingüística
3.1. Define: [1 punto]
a)
Doble
articulación del signo lingüístico
Divisible en monemas (1ª
articulación) y fonemas (2ª articulación)
b)
Símbolo
Signos inmotivados que carecen de
relación directa con el referente